31/3/19

La patria de Smetana es mi patria


Este fin de semana, por primera vez en España, se puede uno deleitar con Mi patria de Bedřich Smetana en el Auditorio Nacional de Madrid.

Y quien no pueda acudir al concierto, puede escuchar el poema sinfónico en Radio Clásica a las 11:30 horas, en directo desde el Auditorio Nacional de Madrid, o ilustrarse en “El Cultural” de El Mundo: https://www.elcultural.com/revista/escenarios/Bychkov-navega-el-rio-de-Smetana/42163.

Como muy bien saben los lectores, son tres los momentos en que Mi patria (Má vlast) de Smetana aparece en esa novela que tú y yo sabemos. Los dos primeros se mencionan en el Diario de Lieser Einstein:

5.VI 1939. Mi patria (Má vlast), de Bedřich Smetana, en Národní divadlo, por la Orquesta Filarmónica de Praga, dirigida por Václav Talich. Emocionados aplausos, ovación sin límites, que solo pudo concluir cuando todo el público se puso en pie cantando el himno nacional checoslovaco.

Y el próximo día 13 tengo intención de acudir a la interpretación que se va a realizar de Danzas eslavas (Slovanské tance), de Antonín Dvořák, también con la dirección de Václav Talich, que resultará, espero, igualmente emocionante. (Págs. 298-299). 

Mayo 1940. He convencido a Otto de que, por mucho que nos apetezca, en estas condiciones no debíamos acudir al concierto de Mi patria (Má vlast), de Bedřich Smetana, en Národní divadlo, interpretado por la Orquesta Filarmónica de Praga con dirección de Václav Talich.

Las autoridades nazis del protectorado, aunque a regañadientes, han autorizado la inclusión de la obra en el programa del Festival Musical de Mayo de Praga, pero a última hora han puesto la condición de que no se interpreten los dos últimos poemas sinfónicos, de los seis que componen la obra, impidiendo que se pueda escuchar Tábor, en el que Smetana homenajea a los husitas como luchadores medievales por la libertad checa —«Vosotros sois los guerreros de Dios», dice el himno coral—, y Blaník, donde expresa un intenso optimismo en el futuro de las tierras checas —los guerreros husitas, tras la derrota, se refugian en el monte Blaník para aguardar, «sumidos en un sueño profundo, el momento en que serán llamados en socorro de la patria». (Pág. 308). 

Finalmente, el narrador y la sin par Meme acuden al Obecní dům para deleitarse con la mítica composición de Smetana:  
El LXVI Festival de Primavera de Praga (Pražské jaro / Prague Spring) nos había estado esperando (Proč bychom se neetěešiilii!), estaba hecho para nosotros, para Meme y para mí, con Mahler aguardándonos a ambos, esperando para encantarnos a ambos y que nos encontráramos en él en la Praga primaveral, bulliciosa, desenfadada y alegre de mayo de 2011.
El viernes, día 13, a las 20.00 horas, fuimos juntos a la sala Smetana del Obecní dům para deleitarnos con Mi Patria (Má vlast), de Bedřich Smetana, que abría el festival —Meme me había citado para ello a través del móvil, y esta vez sí que acudió, puntual, a la cita.
Ustedes me comprenderán si a veces no estaba muy pendiente de la Orquesta Sinfónica del Conservatorio de Praga, dirigida por Jiří Bělohlávek —o que no me perdiera admirando el fastuoso edificio que nos acogía, diseñado por Antonín Balšánek y Osvald Polívka, y en el que Alfons Mucha, Max Švabinský, Ladislav Šaloun y tantos otros maestros y artistas tuvieron una activa participación—, que era Meme quien me tenía prendado de ella.
Meme, que lucía esplendorosa en el palco, a mi lado: elegante, esbelta, deseable, apetitosa, resuelta y sabia; largo vestido negro con escote palabra de honor que resaltaba sus pechos turgentes y sus brazos desnudos, collar de marfil sobre su piel morena, alargados pendientes de perlas, plata y marfil a juego, diminuto y elegante bolso de fiesta y zapatos de color rojo conjuntados, melena corta, oscura, apenas cimbreándose sobre los hombros desnudos, sonrisa franca y abierta, ojos chispeantes; Meme; al fin, Meme.
Después del concierto… (Pág. 405-406). 

Música, mucha música en Sinfonía de Praga, como saben muy bien los lectores.




26/3/19

Algunos beben vino con Meme, y así les va


Me llega por correo electrónico desde Bruselas, donde ejerce como profesor, la sabia reflexión sobre Sinfonía de Praga de Juan Horrillo. Aunque en tanto que dice que ha estado bebiendo vino con Meme no sé si es él quien reflexiona o si acaso es Meme o el vino quien le inspira:

A MODO DE PRELUDIO:

Hace algunos días que he leído la novela Sinfonía de Praga y aún resuenan ECOS en mi cabeza de la misma.

Vaya por delante que Sinfonía de Praga ha encapsulado mi atención desde el primer párrafo, quizás porque me ha resultado una novela nueva, más que postmoderna, y por momentos abrumadora, porque desborda cultura y conocimientos literarios y crítica poco comunes.

¡Cuánto sabe ese autor narrador, a veces por lo que dice y otras por lo que no dice pero insinúa o elude cuando lo considera oportuno! “alusión, elusión, elisión” (391).

¡Cuánta teoría de la novela, a veces explícita, otras implícita!

Terminas de leer la novela y te deja sensaciones diversas y encontradas (sinfonía): deleite porque la historia se lee con agrado, sorpresa por su construcción, pesadumbre al rememorar una época terrible, placer por tantas coincidencias personales en la manera de entender la teoría literaria y la teoría de la recepción en la que fuimos formados en la Universidad, y por ciertos placeres intelectuales y mundanos.

Me he deleitado con la abundantísima metaliteratura: Reflexiones sobre el acto de escribir y de leer y sobre todo las referencias intertextuales que desde el principio he ido anotando. “porque el libro está hecho de signos que hablan de otros signos...”:

ojos claros, serenos

en tanto que de rosa y azucena

claros clarines

fruto de la vid y del trabajo del hombre

luciente cristal, gentil cuello

dulce boca que a gustar convida

qué solos se quedan los muertos

quién hubiese tal ventura

gallos al amanecer

toda la vida es sueño

hacia el mar, que es el morir

oro bruñido al sol

tan callando

aquellos ríos caudales

ciega y alumbra con sus soles bellos

amarrado al duro banco

entrando en el jardín de los amores

paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos...

en tierra, en humo, en polvo, en sombra, en nada

Y seguramente que haciendo una segunda y más sosegada lectura aparecerían muchas más.

PÁGINAS SUBLIMES:

Toda sinfonía tiene sus momentos estelares.

He encontrado páginas antológicas. Me parecían solos de un clarinete:

Descripción soberbia en “Mientras sudábamos...” (98-99)

Descripción delicadísima de la secretaria y el vals (177-178

Página excelsa “Es verdad que el agua siempre está corriendo” (205)

Poética “Florecen las magnolias” (307)

Sugestivo “Cuerpo de mujer” (356)

Fabulosa descripción de Auschwitz y su metáfora del cartelón Arbeit Macht Frey marcador de la frontera libertad/esclavitud (394-403)

Magistral “Atracción por los trenes” (447)

Frente a esta intertextualidad y dando mayor riqueza tonal al texto aparcen numerosas expresiones familiares y refranes

harina de otro costal

peor el remedio

hacer de las nuestras

con la mosca detrás

no dar una al derecho

por un quítame allá esas pajas


TÉCNICA CALEIDOSCÓPICA:

Atractiva y bastante novedosa y sorprendente me parece la estructura POLÍFONICA de la novela. Me ha llamado la atención porque se aleja de los senderos batidos habituales al integrar elementos heterogéneos, diferentes mimbres para urdir el ensamblaje de la historia.

Hábilmente el narrador testigo que agarra frecuentemente al lector (al final de las distintas partes del Diario) para que le siga en su periplo, de recepción en recepción (principio y fin), de concierto en concierto, encuentra la pausa para introducirnos en el Diario de Lieserl (un hallazgo), novela dentro de la novela, o la transcripción del diálogo con HH, Huberto Heco, Humberto ECO (develador de intrigas, Guillaume de Baskerville, El nombre de la rosa), o las notas a pie de página, cual si de una tesis se tratara.

Muy diferentes materiales, amén de la narración de la historia propiamente dicha, que otorgan al relato la polifonía antes citada, entrelazándolo con el título al que me referiré más adelante.

Una novela es lo que cuenta y lo que no cuenta pero presupone. Se percibe enseguida la extraordinaria cantidad de información que nuestro autor narrador almacena, aunque no cuente, pero que subyace a lo largo de toda la novela. (No sé si por ejemplo Vargas Llosa invirtió tanto tiempo en recopilar mil y un detalles para su novela La Fiesta del Chivo).

POÉTICA:

Mención especial merecen las semillas sembradas aquí y allá sobre la Teoría de la Novela, la Poética, la Teoría de la recepción, que dan para una tesis doctoral. Todo ello me ha hecho recordar, recobrando el tiempo perdido, los libros antológicos que un día sobamos de N. Frey (Anathomy of criticism), Marthe Robert (sobre todo L'ancien et le nouveau), G. Lukács (Théorie de la littérature), Bajtin (Esthetique et théorie du roman), H. James (El arte de la novela), Auerbach (Mímesis), E.M Foster (Aspects of the novel), G. Génette (Nouveau discours du récit) o R. Barthes (Poétique du récit), por nombrar algunos que me venían a la mente al leer algunos párrafos.

He aquí algunas citas:

-         El mundo de la ficción (113)

-         Teoría de la novela (137-138)

-         Los juegos de perspectiva de la Gitanilla cervantina (157)

-         Diario para narrarse a sí misma (163)

-         Ruptura y transgresión de la poética de la novela (175)

-         Poética. Nota a pie de página (370)

-         Teoría de la recepción 418-419

-         Autoría. Es todo un debate. Interesante (459)

-         Escritura (460)

-         Mise en abîme” (461)

-         Showing más que telling (480)

-         Historia y ficción (494)

-         Opera operta (495)

-         Autor (496)

-         Escritura desatada (510)

-         Tiempo de la enunciación y del enunciado (519)

TÍTULO:

Me parece un hallazgo. Apropiadísimo. Metáfora o metonimia o epítome de la historia.

Tema con distintos ritmos y melodías para crear la armonía sinfónica.

Siempre he sentido un cierto embrujo en algunos títulos que son un señuelo para el lector: en mi memoria permanecen “Lo que el viento se llevó”, “Los cipreses creen en Dios”, “La sombra del ciprés es alargada”, “Por quién doblan las campanas”, “Luces de bohemia”, “À la recherche du temps perdu” (más evocador el título en francés). Y desde ahora “Sinfonía de Praga”. Títulos que tienen melodía y son imanes.

MÚSICA:

Sin duda uno de los temas más sobresalientes, el lugar de la música en la historia. Uno de los ejes de la estructura.

Su inscripción en la trama temporal del presente del narrador y del presente del lector le imprime una estructura y una forma que desempolva recuerdos en la conciencia de éste último.

Los conocimientos del narrador autor (compositor) son abrumadores. ¡Qué abanico tan amplio!

La novela parece acabada pero no lo es. ¿Quizás habría que tirar del hilo de la décima sinfonía inacabada de Malher?

Igual que Malher y su sexta sinfonía “lírica” o “heroica” o “faústica” o “enigmática”, “reflejando la naturaleza o haciendo que la naturaleza hubiera de reflejar la sinfonía y el arte” (421).

La “sinfonía lúgubre” llega a su paroxismo en una de las más bellas y sobrecogedoras páginas del libro (Página 401 “judíos, muchos judíos...” ya citada).

DIARIO:

Genial esta “trouvaille” para la analepsis de la época nazi.

Pero el diario de Lieserl es el narrador autor, ¿no? “Diario para narrarme a mí misma” (163). “Realidades y ficciones entretejidas”.

Y el autor “narra y nos narra, a la vez que se narra a sí mismo” (452).

La página 255 “Café Louvre” me parece ilustrativa. La descripción de las camareras es “masculina”.

451. “es que acaso el diario de Lieserl está también alterado y manipulado y no es del todo fiel al original”. Pero el original es éste, el del autor narrador, ¿no?

PERSONAJES:

Narrador testigo. Personaje rico y poliédrico en tantas facetas. Vida intensa intelectual y literaria.

De Lieserl ya he dicho algo, aunque con un análisis pormenonizado del Diario se podría decir muchísimo más.

Meme es intrigante y al final se esclarecen muchas cosas.

Pero me gusta el personaje literario por cuanto es misterioso y sobre todo sirve de argamasa a la historia.

Pero también ahí aparece el Autor narrador dios todo poderoso.

No se debe seguir la pista de Meme sino de Lieserl” (462)-

Y así y aquí acaba la historia de Lieserl, o de Meme mi historia, tu historiaqueridísimo y desocupado lector” (521).

¿Meme, Lieserl = Autor, narrador?

Pero acaso el principal personaje sea PRAGA. Praga, personaje (170).

CRONOTOPO:

Interesantísima me ha resultado esa unión inseparable entre la Praga milenaria y mágica con el tiempo que les tocó vivir al narrador, a Lieserl y a Meme.

Al tiempo del personaje narrador se une el reencuentro del tiempo milenario de Praga

Pormenorizadamente aparece el tiempo del primero. Así sabemos que la historia comienza el martes, 8 de septiembre de 2009, a las 18 horas, en el Instituto Cervantes de Praga, y se cierra el 12 de octubre de 2012 ,a las 12 horas, en la Embajada de España, si bien se cita una fecha posterior, el 14, haciendo referencia a una noticia del diario Haaretz, y también se nos informa de que la última palabra de la Historia fue escrita el 8-5-2014 (507).

El tiempo de Praga se halla diseminado en las numerosas descripciones de la ciudad y en la Praga de los tiempos de los distintos personajes

Entre el principio y el fin numerosísimas referencias temporales fechadas (7 del 2009, 10 del 2010, 17 del 2011 y 21 del 2012)( Las he anotado porque es un vicio el tema del Tiempo).

“Trouvailles”

-                …obsesivamente y obsesiva obsesión del obseso estado israelí (279)

-                …esperanzada desesperación sin esperanza (398)

A MODO DE CODA:

¡Cuántas cosa en el tintero! Matices sin fin de la SINFONÍA

Por ello, nada mejor quizás que una conversación con un Château Giscours, Margaux 1995, o un Châteauneuf du Pape de los que algunos quedan en la vinoteca de El Escorial. Del Château Ausone del 97 no queda ninguno. Me los bebí con Meme.

25/3/19

Secuelas de la tertulia del Café Gijón



 




Aunque en la tertulia del Café Gijón hubo mucho y bueno, algunas secuelas de la tertulia han quedado en el tintero que queremos dar a la luz:




¿El narrador controlado por un personaje?

Mira que hemos comentado cosas acerca de “Sinfonía de Praga”, esa novela que tú y yo sabemos. ¿Pero que el narrador esté controlado por Meme, ese personaje singular?

Aunque, si el narrador se precia de ser escritor y de saber escribir, la epifanía es obligada: Nuestro narrador tiene que escribir esa historia, tiene que dar a conocer al mundo la historia de Lieserl Einstein. Meme, la sin par Meme, le ha elegido a él para que escriba la historia de Lieserl, una historia de realidades y ficciones, de documentos y manuscritos, donde el presente más rabioso se entremezcla y explica a través de un pasado no tan lejano en el que Lieserl escribe y escribe, bien emplazada en Praga, Lieserl escribe su Diario desde 1930 a 1945.

Nuestro narrador tiene que escribir la historia del Holocausto, cada vez más asfixiante en un mundo de ruido y furia, y de un Kafka casi omnipresente, mientras Max Brod y Otto Schödinger recorren la Praga milenaria y mágica en la que Lieserl escribe su Diario, cuenta historias de la época, narra sucesos y personajes de la época y, al escribir, se narra a sí misma y nos narra el mundo, el presente cambiante que le ha tocado vivir en la Europa bulliciosa y atropellada de los años 30 del siglo pasado.

Nuestro narrador tiene que escribir esa historia. Tiene que escribir “Sinfonía de Praga”.



Arte de novelar en el siglo xxi

En “Sinfonía de Praga” los lectores encontrarán, si buscan y bien leen, todo lo que siempre han querido saber sobre el arte de novelar y tendrán ocasión de reflexionar sobre la poética de la novela y sobre el arte de hacer novelas en este tiempo. Aunque para ello les vendrá bien acercarse al “Compleméntum (Manifiesto)” y hasta a la página web (http://www.sinfoniadepraga.es/).



Ética y estética

En este mundo desatado y confuso —tiempos de banalidad del bienestar, tiempos de mediocridad plomiza y hasta de vacua trivialidad, tiempos de posverdad y transvanguardia—, en este mundo de ruido y furia y en estos tiempos sin tiempo hemos de reflexionar acerca de la literatura hoy; acerca del compromiso que la estética ha de mantener con la ética, acerca de la novela entendida como expresión estética de la ética humana (Nulla aesthetica sine ethica); acerca de la responsabilidad ética del novelista para analizar críticamente el pasado y críticamente comprometerse con el presente, y de la corresponsabilidad ética con el mundo que hemos de dejar hacia el futuro.

La novela así entendida no ha de renunciar por ello a los sabios principios de la retórica clásica, «utile et dulce», o más propiamente «miscere utile dulci», como pide Horacio en Ad Pisones, enseñar deleitando; a la vez que es y ha de ser expresión estética de la ética humana (“Nulla aesthetica sine ethica”): Responsabilidad ética para analizar críticamente el pasado y críticamente comprometerse con el presente, corresponsabilidad ética con el mundo que hemos de dejar hacia el futuro.



Poética de la novela en este tiempo

Concebida como obra de arte, la novela en este tiempo, si quiere ser tal y como tal ser considerada –obra literaria y creación artística, al fin y sobre todo–, se ha de someter a las estrictas reglas de la poética o de la retórica de la novela, al arte de hacer novelas en este tiempo, parafraseando al bueno de Lope de Vega.

Sin embargo, todo autor que se precie –canon y contracanon–, a la vez que se somete a las estrictas reglas de la poética o de la retórica de la novela, al arte de hacer novelas en este tiempo, ha de promover también su ruptura y transgresión, que por la lógica de toda creación artística, han de ser violadas. Y más aún en los actuales tiempos de mediocridad plomiza, tiempos de vacua trivialidad, si es que no tiempos de posverdad y transvanguardia, como algunos dicen.



De la novela a la nowwwela o nowebla

«La novela no examina la realidad, sino la existencia. Y la existencia no es lo que ya ha ocurrido, la existencia es el campo de las posibilidades humanas, todo lo que el hombre puede llegar a ser, todo aquello de lo que es capaz», señala acertadamente Milan Kundera en El arte de la novela.

Esta es la perspectiva desde la que concebimos la novela postmoderna, que es y ha de ser también mistificación, escritura desatada e imitación compuesta. La novela, nowwwela o nowebla que buscamos es y ha de ser finalmente una mesa de trucos, tapiz de diversos y bien entrelazados hilos y composición coral, al fin, si bien se lee.



Visita a Auschwitz

        «Tras la lectura del Diario de Lieserl (1944) entendí que mi peregrinación por tierras serbias, suizas, israelíes o norteamericanas no había sido suficiente, que mi escrutar debajo de las piedras y en documentos y lugares diversos por la Praga de antes y de ahora no bastaba, que a mi calvario le faltaba la estación principal, su Gólgota: Auschwitz estaba ahí, me estaba esperando, y no podía ignorar para mí ni para esta historia —pues ambos quedaríamos incompletos— acudir inmediatamente a su encuentro», así puede leer en esa novela que tú y yo sabemos.

          La visita al campo de concentración y de exterminio de Auschwitz forma un todo, en un párrafo único de diez páginas (Págs. 394 y stes.). Para no agobiar demasiado al lector y permitirle respirar –si es que puede–, se ha introducido una cantinela, con rima asonante, que funciona como estribillo coral y que fragmenta el párrafo: ¡Ay, Auschwitz, Auschwitz, / cómo duele!

          Los buenos lectores habrán percibido que ese estribillo parte de un poema de Emilio Prados, titulado “Rincón de la sangre” (Jardín cerrado, 1946), que comienza con los versos «Tan chico el almoraduj / y... ¡cómo huele!».



Intertextualidad: Literatura, todo es literatura

“Sinfonía de Praga” se sitúa con voluntad y firmeza dentro del canon literario de la literatura española y universal, en una larga serie —a hombros de los gigantes que nos han precedido.

Tarea de cada uno de los buenos lectores será encontrar las múltiples referencias literarias explícitas o implícitas —son legión, son tantas— y el canon literario que la obra integra y acoge —o contra el que se constituye, más bien.



Música, mucha música

En “Sinfonía de Praga” encontraréis, música, mucha música. Como se indica en la Nota 39 (Versión extendida): «…ya que si alguna orgía hay en la novela es una orgía de música» [Comida y sexo; y muy especialmente música]

Por ello no ha de resultar sorprendente que en “Backstage: 2.5. Músicas” y en el “Prospecto”, en “Compleméntum (Manifiesto)” expresamente se indique:

«Hacer acompañar la novela de un artefacto o procedimiento en el que se integren las diversas composiciones musicales que se escuchan y, por ello, se hacen oír en la historia. Se posibilitaría así la lectura de la obra mientras, sin solución de continuidad, se escuchan» numerosísimas composiciones (Satie, Mozart, Ligeti, Sibelius, Gregoriano, ABBA, Dire Straits & Mark Knopfler, Bach; Mahler, etc., etc.).

O puede uno leer las Págs. 323 y siguientes de “Sinfonía de Praga”:

«Y suenan en la cadena de música algunas composiciones de La Monte Young: Compositions 1960 #10 —Dibuja una línea recta y síguela—, Compositions 1960 #15 —Esta pieza consiste en pequeños remolinos en medio del océano—, o Piano piece for David Tudor #3 —La mayoría eran saltamontes demasiado viejos—. Y por este camino, ¿hasta dónde puede llegar la música y el arte sin cortar la comunicación con el receptor de la obra artística?

Y entonces no suena —arte del silencio, si es que no es silencio del arte—, porque no deja sonar 4’33’’, su pieza insonora, John Cage. En este mundo desatado y confuso —tiempos de banalidad del bienestar, tiempos de mediocridad plomiza y hasta de vacua trivialidad—, qué difícil se hace mantener el tipo ante una obra como esta, presentada por Cage en 1952: composición en tres movimientos —de 30’’, 2’23’’ y 1’40’’, respectivamente, separados entre sí por una tapa de piano que se abre y una tapa de piano que se cierra—, donde en cuatro minutos y treinta y tres segundos precisamente cronometrados todo es silencio, todo es quietud e inmovilidad, toda la obra es silencio —donde todo el resto es silencio, el resto es solo silencio, silencio solo, para que el silencio de la obra creativa permita oír y escuchar otros silencios u otros sonidos u otros ruidos circundantes que nos envuelven y no se dejan habitualmente oír, arte del silencio convertido en silencio del arte.

Y la obra de arte va a más. ¿Hacia dónde? ¿Hasta dónde? Arte del silencio, silencio del arte. El arte que se niega a sí mismo para ser de otro modo. ¿Dónde progresa tanto la creación que acaba el arte? ¿Dónde la obra artística culmina para dejar de ser, o ser nada, para llegar a ser 0’00’’ —o la cosa que no es del reino de los Houyhnhnms—?».

[…]

«Extraña e intensa sesión musical, con Dylan de aperitivo, que ha hermanado a La Monte Young, John Cage, Olivier Messiaen y Steve Reich. ¿Desacralización de la música clásica y del arte? ¿Progreso bajo nuevas formas? ¿Evolución? ¿Acaso una nueva poética del arte? Aunque se podría avanzar y llegar por mal camino a The Factory de Andy Warhol, donde toda mistificación reiterativa encuentra fácil reproducción y asiento, e ir más lejos, o más bajo... e incluir en el recorrido tanto ready–made, siguiendo, prosiguiendo o persiguiendo la estela de Duchamp —o de su urinario, más bien, que es una fuente que es un mingitorio que es una fuente..., y hasta un orinal de R. Mutt— y a tipos como Jeff Koons o Damien Hirst o Ai Weiwei o Andrea Fraser... e ir más lejos, o seguir más abajo... ¿Se puede ir más abajo?».


21/3/19

¿Cómo dar las gracias?, decíamos hace justo un año




¿Cómo dar las gracias y manifestar nuestro más profundo agradecimiento a tantas personas que tal día como hoy hace un año participaron en la puesta de largo de Sinfonía de Praga, de esa novela que tú y yo sabemos?

El teatro de la Escuela Superior de Canto de Madrid, en el palacio Bauer, nos acogió esplendorosamente. ¡Y sí, lo llenamos de personas, de calor humano y de afectos!

Carlos Tosca Marín (La Pajarita Roja editores) se explicó, el profesor José Manuel Querol analizó la novela, que dinamita la teoría de los géneros narrativos, según dijo.

Y hubo músicas, muchas músicas, a cargo de Darío Meta Barnatán: Johann Sebastian Bach, Manuel de Falla y Frederic Mompou. ¡Un placer para la mente y para los sentidos!

¡Gracias, muchas gracias a todos ellos! Y muchas gracias a tantísimos compañeros y compañeras de esfuerzos varios, a tantos amigos y amigas que aportaron recuerdos y afectos, y a tantísimos lectores inquisitivos y agradecidos.

¡Gracias a todos, porque todos hacéis que Sinfonía de Praga sea lo que es, lo que ya está siendo!

Y sí, the woman with a red umbrela, la mujer joven, de buen ver, Meme, la gitanilla cervantina, apareció y se hizo notar. ¡Vaya sí se hizo notar, que controló la sala, los teléfonos móviles de los asistentes y hasta la proyección en la pantalla! Y hasta nos dejó su paraguas rojo.

¡Gracias, muchas gracias a todos por haber contribuido a hacer de la puesta de largo —o de corto— de Sinfonía de Praga un acto de exaltación de la literatura y de la creación artística!

Ah, y sí, hay muchas fotografías del evento, que circulan por la red (http://slide.ly/view/c81e114d961fb7c9977c9c3de274bb5e…), y hasta vídeos para recordar la ocasión.

¡Un millón de gracias a todos!





20/3/19

Tertulia del Café Gijón con “Sinfonía de Praga” al fondo



                       «Yo sé que te he querido mucho,

pero no recuerdo quién eres».

Como dijimos ayer en la tertulia literaria del Café Gijón, rodeados de tantos amigos y amigas que nos acompañaron, ese es el núcleo fundacional de Sinfonía de Praga, su germen originario —tal como recoge Justo Sotelo en la crónica que ha publicado—.

Los buenos lectores identificarán inmediatamente esos dos versos de José Hierro que cierran el poema “Lear King en los claustros” (Cuaderno de Nueva York: 1998).


Y como muy bien saben los buenos lectores, esos versos son reproducción literal de lo que el propio poeta José Hierro oyó de labios de un provecto y ya envejecido Dámaso Alonso un día que el joven poeta había acudido a visitarle a su casa en la zona alta de Chamartín.

Cuando ambos poetas estaban de charla en el salón de la casa, entró en el recinto Eulalia Galvarriato, la sufrida y valerosa esposa de Dámaso Alonso, portando una bandeja con café y pastas. Dámaso Alonso, levantando levemente los ojos entornados, miró arrobado y sorprendido a su mujer y desde su desmemoria de Alzheimer le dijo esa terrible y amorosa frase: «Yo sé que te he querido mucho, pero no recuerdo quién eres».


Este es la perspectiva desde la que concebimos Sinfonía de Praga, la novela postmoderna que hemos creado, que es y ha de ser también mistificación, escritura desatada e imitación compuesta. La novela, nowwwela o nowebla que hemos buscado es y ha de ser finalmente una mesa de trucos, tapiz de diversos y bien entrelazados hilos y composición coral, al fin, si bien se lee.

Por ello la obra de arte que hemos presentado bajo el marbete de «novela» se adscribe a un género proteico y misceláneo por excelencia: En ella cabe todo, se presta a todo, incluso a cualquier capricho de un ser experimentado que se las sabe casi todas y quiere y desea nuevos goces, una vuelta de tuerca más en la serie literaria, en el canon concebido y conocido bajo el rótulo de novela.


En nuestra opinión, el novelista ha de ofrecer al lector un relato bien estructurado “où tout se tient”, una peripecia motivadora hechos sorprendentes que conectan el pasado de los años 30 y 40 del siglo XX, la Europa Central de la Segunda Guerra Mundial, con el más rabioso presente, una voluntad de estilo que cautive y una anagnórisis final que sorprenda y arrobe.

Pero aunque es justo y necesario que el creador de una obra de arte ofrezca eso, ha de ofrecer mucho más: Ha de ofrecer una cosmovisión poderosa que cree un nuevo mundo y que cree un nuevo lector y permita a este ser más, ser otro y distinto al que era en el momento en que inició la lectura de la obra.

Obra dulce y útil, pues; obra para los lectores, múltiples y variados, para el lector presente y para el lector futuro, para todos ellos.

Es Sinfonía de Praga, en fin, una obra eminentemente literaria, que busca y ansía a un lector activo y curioso que puede complementar la lectura de la obra con el acceso a una página web propia (http://www.sinfoniadepraga.es/) y al blog asociado a la misma (http://sinfoniadepraga.blogspot.com/).

 

(Fotografías de Daniel Ribao, Justo Sotelo y Almudena Mestre)

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