13/6/20

¡Por ti, por cada uno de los que os habéis ido! –en memoria y homenaje–





Después de tantas semanas de confinamiento
y de diez días de negro luto,
nos hemos quedado más solos
–¡demasiados sitios vacíos a nuestro alrededor!

Al compartir el pan en la mesa
hoy nos hemos encontrado más solos
–¡demasiadas sillas vacías a nuestro alrededor!

¡Nos faltáis tantos!
¡Nos faltas tú!

Nos faltáis cada uno de los que os habéis ido
en estos tiempos tan extraños
que nos ha tocado vivir.

Hay un tiempo para sembrar
y un tiempo para cosechar;
hay un tiempo para nacer
y un tiempo para amar;
hay un tiempo para edificar
y un tiempo para morir.

¡Nos faltáis tantas almas blancas!
¡Y nos hemos quedado tan solos!

Algo se muere en nosotros
cuando sentimos tanta ausencia
y con el corazón en un puño
os despedimos a ti
y a todos los que os habéis ido.

Pero estáis en nosotros, conteniendo multitudes,
que la muerte no es el final del camino
–en el principio está nuestro fin
(in my end is my beginning,
por el poeta escrito está)–:
Nos habéis dado la vida y la libertad
y nos seguís acompañando desde ahí arriba.

Os recordamos hoy
con imágenes de Villahibiera
y música de Aranjuez,
y os recordaremos siempre
porque siempre estáis en nosotros
monumentum aere perennius.

Sirvan estas breves palabras
en recuerdo y homenaje
laudatio in memoriam
a cada uno de los que os habéis ido.

6 de junio de 2020



Notas:

Como habían hecho con anterioridad hace un par de meses, el 6 de junio me solicitaron colaboración para el nuevo vídeo que, en memoria y homenaje a los fallecidos en la pandemia del coronavirus Covid-19, quería hacer la gente de Villahibiera, mi pueblo natal.

El vídeo puede verse en:
El poema que les hice llegar, como texto literario que es, integra un intenso juego de recursos retóricos y de elementos literarios y paratextuales que el lector habrá de descubrir.

Versos 1 y 2: El poema se fecha de manera muy precisa, el 6 de junio de 2020, el día siguiente a la finalización del luto oficial declarado en España por los fallecidos como consecuencia de la pandemia de Covid-19 mediante el Real Decreto 538/2020, de 26 de mayo, diez días de luto que concluyeron a las 00:00 horas del día 6 de junio.
Después de tantas semanas de confinamiento (Verso 1) y de los diez días de luto oficial (Verso 2), al reunirse las familias en la desescalada se hace patente que hay demasiados sitios vacíos (Verso 4).

Versos 5-8: Y ello se hace asimismo muy evidente en la segunda estrofa (Versos 5-8) cuando se sienta toda la familia a la mesa a comer y a la hora de partir y repartir el pan, a la hora de compartir el pan, hay demasiadas sillas vacías. ¡Y una silla vacía es toda una tragedia!

Versos 13-18: Hay una referencia explícita al Eclesiastés 3:1-2: «Todo tiene su tiempo, y todo lo que se quiere debajo del cielo tiene su hora. Tiempo de nacer y tiempo de morir; tiempo de plantar y tiempo de arrancar lo plantado».
Y hay también una alusión a los primeros versos de “East Cocker”, de los Cuatro sonetos de T. S. Eliot, y muy especialmente a los siguientes versos:
Houses live and die: there is a time for building
And a time for living and for generation
And a time for the wind to break the loosened pane

Las casas viven y mueren: hay un tiempo para edificar
Y un tiempo para vivir y engendrar
Y un tiempo para que el viento rompa el quicio del ventanal

Hay referencias culturales varias en algunos versos del poema que el lector avispado podrá descubrir: Algo se muere en el alma, en nosotros, cuando un amigo se va (Verso 21); o adiós con el corazón (Verso 23); o la muerte no es el final del camino (Versos 27).

Verso 19: Todas las almas son blancas, incluso las de aquellos que tienen la piel negra. Aunque en estos tiempos, que siguen siendo tiempos de ruido y furia, algunos no lo crean así, como acaba de suceder hace unos días en Mineapolis, Minnesota (Estados Unidos), donde un negro más no pudo respirar porque alguien se lo impidió.

Verso 26: En el poema “Canto a mí mismo” de Hojas de hierba de Walt Whitman aparece el verso: «Yo soy inmenso, contengo multitudes» (I am large, I contain multitudes).
Y a mediados de abril, en pleno confinamiento de la pandemia del coronavirus, Bob Dylan nos sorprendió a todos con una nueva canción titulada “I contain multitudes”.

Versos 28 y 29: En un juego antitético, en castellano y en inglés, se citan los versos que abren y cierran el “East Cocker” de Eliot.

Por otra parte, en el epígrafe 94 de “Taller” de 1.11 “Mena, ganga, esquirlas y virutas (Making of)” de Compleméntum (Manifiesto) de Sinfonía de Praga escrito está lo siguiente (http://www.sinfoniadepraga.es/index.php/aaaa):

«En mi principio está mi fin... en mi fin está mi principio».
Escribe T. S. Eliot (East Coker) para abrir y cerrar el segundo de sus Cuartetos, asociando principio —beginning— y fin —end—, que puede recordar a Heráclito (El principio y el fin son la misma cosa) si fin tiene el significado de final, o casi limitarse a parafrasear el lema bordado en el trono de María Estuardo de Escocia (“En ma fin est mon commencement”, o un bien conocido lema moralizante de la Edad Media, bien ejemplificado por el rondó de Guillaume de Machaut).
Ahora bien, si, tal como sucede en español, fin tiene también el significado de finalidad, podríamos abrir así una caja de pandora, un ciclo infinito o bucle, o una novela proteica y miscelánea, o no.

Hace todo ello referencia a las frases que abren y cierran la novela Sinfonía de Praga, donde las palabras principio y fin tienen una especial relevancia y significación, como bien saben los buenos lectores de la obra.

Verso 30: En este tiempo de pandemia –¡tanto ruido y tanta furia entre tanto silencio y tanta muerte!– ha habido un debate bronco entre los políticos, en los medios de comunicación y en las redes sociales sobre los conceptos de vida y libertad, debate en el que también se ha visto obligado a entrar quien esto escribe (¡Por la vida! ¡Por la libertad!) [https://sinfoniadepraga.blogspot.com/2020/05/por-la-vida-por-la-libertad.html].

Versos 34 y 35: El poema hace referencia a las imágenes de Villahibiera que se acogen en el vídeo y a la música que lo acompaña (Concierto de Aranjuez, de Joaquín Rodrigo).

Verso 37: Se cita un verso (Odas III, 30, 1) de Horacio, donde el poeta afirma que había levantado un monumento más duradero que el bronce, haciendo referencia a que, con sus poemas, había levantado un monumento que le daría fama inmortal, y que perduraría a través de los siglos más que una obra en bronce, metal que en su tiempo era sinónimo de dureza y de durabilidad.

Verso 40: Al final del poema se retoma la idea inicial que ha dado lugar al texto, como homenaje a la memoria (laudatio in memoriam) de los que han fallecido como consecuencia de la pandemia de Covid-19.


5/6/20

La columna mariana vuelve a la plaza de la Ciudad Vieja de Praga



La Plaza de la Ciudad Vieja de Praga recupera desde hoy su Columna Mariana, según nos recuerda Radio Praga:





Y la nueva Columna Mariana nos lleva a la página 62 de esa novela que tú y yo sabemos. A la Columna Mariana junto a la que tantas veces se había citado Otto Schödinger con su novia, Max Brod o Franz Kafka:

«Y más se sorprendería cuando, tras el final de la guerra y la proclamación de la independencia de la patria checoslovaca, se derriba inmediatamente la pretenciosa columna barroca dedicada a la virgen María, ubicada en el centro de la plaza, junto a la que tantas veces había quedado con su novia Anna o con sus amigos Max Brod o Franz Kafka. Esa columna dedicada a la virgen que le gustaba observar analizando con meticuloso cuidado la dirección en la que se extendía su sombra o la longitud que esta alcanzaba para determinar con exactitud la hora del día en función de la posición que ocupaba la tierra respecto al sol y la inclinación de su eje de rotación: ¡No era poca la alegría que le producía su propia capacidad de observación y análisis cuando hacía sus cálculos y luego acudía a contrastar el grado de acierto que había conseguido en el reloj astronómico de la vecina torre del Ayuntamiento –si es que el sonido de las campanas o el canto del gallo no le manifestaban la exactitud de sus cálculos sin tener que acercarse y levantar la vista hacia el complejo artefacto astronómico!».




Y si quieres saber más sobre la plaza de la Ciudad Vieja de Praga, en la novela puedes seguir leyendo:

«No deja de sorprenderse Otto ante el grandioso monumento que se acaba de levantar en 1915, en plena Gran Guerra, en honor de Jan Hus en el centro de Staroměstské náměstí, en homenaje a las supuestas y añoradas esencias patrias frente al poder omnímodo ejercido por los Habsburgo desde la imperial Viena. Y más se sorprendería cuando, tras el final de la guerra y la proclamación de la independencia de la patria checoslovaca, se derriba inmediatamente la pretenciosa columna barroca dedicada a la virgen María, ubicada en el centro de la plaza, junto a la que tantas veces había quedado con su novia Anna o con sus amigos Max Brod o Franz Kafka. Esa columna dedicada a la virgen que le gustaba observar analizando con meticuloso cuidado la dirección en la que se extendía su sombra o la longitud que esta alcanzaba para determinar con exactitud la hora del día en función de la posición que ocupaba la tierra respecto al sol y la inclinación de su eje de rotación: ¡No era poca la alegría que le producía su propia capacidad de observación y análisis cuando hacía sus cálculos y luego acudía a contrastar el grado de acierto que había conseguido en el reloj astronómico de la vecina torre del Ayuntamiento –si es que el sonido de las campanas o el canto del gallo no le manifestaban la exactitud de sus cálculos sin tener que acercarse y levantar la vista hacia el complejo artefacto astronómico!




»Erguido en el centro de la plaza, mientras esperaba a Anna, a Otto le gustaba situarse en la estrecha franja de sombra de la columna de la virgen María y, después de hacer sus cálculos horarios, ensimismarse observando los edificios que configuraban el majestuoso entorno urbano. Miraba hacia el noreste, y el nuevo barrio judío, en pleno proceso de «saneamiento», le dificultaba adentrarse en el antiguo gueto que aún guardaba en su mente de sus años niños; se giraba un poco hacia la izquierda, moviéndose ligeramente para mantenerse en el interior de la sombra que se proyectaba desde la columna, y admiraba la torre del Ayuntamiento y el reloj astronómico, cuyo complejo mecanismo había logrado descifrar. Más al fondo, a la izquierda, se destacaba el edificio de la Universidad. Haciendo un nuevo giro a la izquierda, se enfrentaba a la iglesia de Týn, a la que mentes aviesas habían adosado edificios civiles para contrarrestar su empuje y la prestancia que exhibían sus dos torres puntiagudas tachonadas de agujas dirigidas hacia el cielo praguense, impidiéndole el acceso directo a la plaza, y al palacio Kinsky, donde estaba integrado el gymnázium en el que había realizado sus estudios de Secundaria. Al dirigir la vista al norte de la plaza los nobles edificios, de gran prestancia y colorido, abrían paso a la iglesia de san Nicolás, donde los husitas se mostraban encantados de haberse conocido y de haber sido reconocidos, recuperando incluso los viejos tiempos, acaso no tanto como fueron sino como querían que hubieran sido.




»La vieja plaza, tantas veces remozada, guardaba en su memoria sucesos varios de tiempos legendarios y modernos, las hogueras de la Inquisición, los regueros de sangre vertidos por los consejeros y alcaldes ajusticiados o la habitual recompensa recibida por los sublevados, conjurados y asesinos en forma de horca, picota o rueda. Aquí habían levantado sus gritos y sus voces predicadores religiosos, las hordas husitas indignadas o los humildes ciudadanos praguenses contra los soldados de Nassau. Aquí el 21 de junio de 1621 fueron entregados al verdugo ante el Ayuntamiento los nobles de Bohemia sublevados. En este lugar había sonado el estruendo de las armas, casi siempre enemigas, el fragor de lanzas, espadas y aceros y el tronar de cañones y fusiles. Con frecuencia las campanas repicaban y extendían su eco por toda la plaza, aunque no era para anunciar el rutinario paso de las horas sino para dar la señal de alarma ante la llegada del enemigo, fuera este de Brandeburgo, de Suecia, de Sajonia, de Francia, de Baviera o de Prusia.

»La histórica plaza también le trasladaba a Otto el griterío de días de júbilo y gozo de los torneos festivos, las aclamaciones a sus reales majestades de Bohemia, acompañadas del resonar de cientos de roncos tambores y de claros clarines, o el entusiasmo de las gentes cuando Jorge de Poděbrady fue elegido rey de Bohemia. Y Otto sentía también el gentío que se congregaba en la plaza por Navidad para acudir al mercado a comprar dulces y la carpa que habría de servir de suculento plato familiar entre los sollozos de los niños de la casa, que no estaban dispuestos a comer a su querido pececito, al que habían visto revolotear en un cubo en la cocina durante unos cuantos días. O rememoraba las procesiones y paradas del día del Corpus, cuando las paredes exteriores de las iglesias y las casas se decoraban con plantas, flores y ramas y el suelo se tapizaba de verdes hierbas, carrizas, tomillo, guirnaldas, lirios y flores multicolores y se caminaba sobre una tupida alfombra vegetal mientras los niños y niñas, vestidos de un blanco inmaculado, lanzaban pétalos de rosa al aire, perfumando todo el ambiente con su aroma, a la vez que sus inocentes corazones latían bulliciosos como potrillos desbocados.

»Y a la mente de Otto venían también los grandes mítines que la asociación nacional checa de gimnasia «Sokol» realizaba a veces en la plaza, donde se agolpaban ordenadamente más de 20.000 gimnastas, debidamente uniformados con los colores checos –rojo, azul y blanco–, para manifestar su agradecimiento a la ciudad eslava de Praga y a sus habitantes, proclamando el orgullo checo en el lugar más emblemático de la ciudad praguense».


4/6/20

¿Hacia dónde?



Después de Joyce, Proust, Faulkner, Pynchon y tantos otros —como bien escribíamos en un post hace ya tres años—, ¿hacia dónde ha de ir la novela en estos tiempos?





Y en las páginas que cierran el Compleméntum (Manifiesto) de esa novela que tú y yo sabemos, como bien podrás comprobar en http://www.sinfoniadepraga.es/images/documentum_pdf/13_Complem.pdf, escrito está lo siguiente:

«Y la novela se convierte para ti y de este modo en la obra de arte total y única, en la novela de culto que hemos buscado. En ella encontrarás, junto con el complejo andamiaje que ha sido necesario para levantarla —al igual que sucedía con las grandes pirámides de Egipto, o, mejor aún, con las majestuosas catedrales góticas—, todo lo que siempre quisiste saber sobre el arte de novelar y nunca nadie te quiso dar a conocer, lo que sesudos críticos, sabios profesores, doctos investigadores, jóvenes universitarios e inmaculados escolares han de estudiar. De tal manera que los noveles novelistas aprendan y reflexionen sobre la poética de la novela y sobre el arte de hacer novelas en este tiempo. Se propiciará así y de este modo que yo, el autor, plenamente realizado, finalmente desaparezca, escritas ya todas las palabras» (Págs. 335-336).



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