29/11/20

Cisne negro —cumpleaños 2020—

 

Mi corazón agradecido a todos los que habéis compartido conmigo este día, con unos versos:

 

Somos lo que somos,

lo sabes bien,

somos lo que fuimos,

lo que unos y otros nos ayudaron a ser

—nature más que nurture—

hasta hacernos así.

 

El resto de vida que en mí está

está contigo

—vivir conjuntamente—.

 

El resto de vida que en mí no está…


 

 

A pesar de estos tiempos tan extraños que nos toca vivir, hemos disfrutado plenamente del día, y disfrutaremos de todos los días que vendrán, que tienen que venir:

 

Hay un tiempo para sembrar

y un tiempo para cosechar;

hay un tiempo para nacer

y un tiempo para amar;

hay un tiempo para edificar

y un tiempo para morir.

 

 

Habitado por mil pensamientos en este día otoñal y hermoso, tiempo de «colores mil e infinitas tonalidades amarillas, doradas, ocres o marrones y múltiples olores —¡intensos olores de otoño…!—», como escrito está en la Pág. 149 de esa novela que tú y yo sabemos.

Tiempo de castañas; tiempo soleado y autumnal que se adentra en nosotros, nos embriaga y nos hace sentir como una parte más de la naturaleza toda, según escribió Lieserl Einstein en su Diario en octubre de 1930, en una tarde de amor y sexo, «embriagada de amor, o de otoño —sensaciones a flor de piel—, dispuesta a lo que quisiera, a entregarme toda a él si esa era su voluntad, ninfa y fauno que retozan amorosamente después de la siesta».


 

Habitado por tantos pensamientos —y recuerdos, y sensaciones, y proyectos—. Aquí estamos; aquí queremos estar, si tenemos ocasión y tiempo en este día madrileño, otoñal y hermoso; tiempo de colores mil e infinitas tonalidades; tiempo de múltiples olores; tiempo soleado y autumnal que se adentra en nosotros, nos embriaga y nos hace sentir como una parte más de la naturaleza toda.

 



Que no, que no estamos encerrados con un solo juguete, aunque así lo parezca a veces, que un nuevo proyecto artístico ocupa nuestros días y noches monumentum aere perennius:

 

Retirado en la paz del monte Abantos,

en esta mi sierra escurialense,

con pocos pero doctos libros juntos,

vivo en conversación con el pasado

 y escucho con mis ojos muchos muertos.

  

Artículos guardados