¿Son
galgos? ¿Son podencos? Qué más da, que da lo mismo en estos tiempos que corren. ¡Es arte!
Puede que estén bien o mal traídos algunos de los elementos que configuran y adornan
esa real corona de Alfonso VI; pero es arte; arte valioso del siglo XXI; arte
grato a la vista y a nuestros corazones; arte sublime a las emociones y a los
sentimientos de leoneses, españoles y ciudadanos del mundo.
A partir
de la reciente inauguración en Sahagún del monumento funerario o panteón real
de un rey muerto hace ya más de 900 años, se ha desatado la polémica en los
medios de comunicación y en las redes sociales a raíz de la simbología que
aparece o no aparece en la corona que porta en el monumento funerario el rey
muerto en 1109.
Imagen
del monumento funerario o panteón real recientemente inaugurado,
obra del
villahibierense Amancio González Andrés.
Sí, monumento
funerario o panteón real inaugurado hace unos días de ese rey Alfonso VI, rey
de Asturias, León, Astorga, El Bierzo, Zamora con Tierra de Campos, así como de
las parias de la taifa toledana. Y todo ello por haber sido el segundo hijo
varón del rey de León y conde de Castilla, Fernando I, y de la reina Sancha de
León, según los doctos historiadores afirman.
Sí, monumento
funerario o panteón real inaugurado hace unos días de ese rey Alfonso VI que
peleó con su hermano Sancho, que había sido coronado como rey de Castilla, reino
recién creado por su padre para que su hijo mayor reinara sobre él, y de las
parias de la taifa de Zaragoza, según señalan los sabios eruditos.
Sí, monumento
funerario o panteón real inaugurado hace unos días de ese rey Alfonso VI que
junto con su hermano Sancho, con el que se había reconciliado después de mucho
batallar, se enfrentan a su hermano García, lo apresan en Santarém y se
apoderan de su recién heredado reino de Galicia (que se extendía hacia el sur
hasta el río Mondego en Portugal y que acogía las parias de la taifa de Badajoz
y Sevilla), según los ilustres expertos consultados.
Sí, monumento
funerario o panteón real inaugurado hace unos días de ese rey Alfonso VI que
enfrentado nuevamente a su hermano Sancho de Castilla, es derrotado en la
batalla de Golpejera, enviado por su hermano al monasterio de Sahagún, donde se
le rasura la cabeza y se le obliga a tomar la casulla, y que luego se le
destierra a la taifa de Toledo, según se puede leer en las crónicas verdaderas
que narran las andanzas de esta peculiar y malavenida familia.
Sí, monumento
funerario o panteón real inaugurado hace unos días de ese rey Alfonso VI que
desde su refugio toledano intriga para recuperar el poder y lo logra tras la muerte
de su hermano mayor el rey Sancho en Zamora (ya saben todos ustedes, Vellido
Dolfos asesina vilmente al rey Sancho —o valerosamente, según otros— cuando el rey castellano estaba sitiando la
Zamora de su hermana doña Urraca; e igualmente todo el mundo sabe lo que se
dice que sucedió después con Rodrigo Díaz de Vivar, el Cid, hombre de confianza
y portaestandarte del rey Sancho, y la famosa jura de Santa Gadea de Burgos («¡qué
buen vassallo, si oviesse buen señor!», está escrito por el juglar en el Poema de Mío Cid), etc., etc.: Lo
que la historia no atestigua lo inventa la leyenda y lo narran las ficciones
creadas por los juglares y el romancero, que para eso está la literatura y el
arte, que no siempre es muy amiga de la historia, mal que les pese a tantos.
Sí, monumento
funerario o panteón real inaugurado hace unos días de ese rey Alfonso VI que tuvo
cinco esposas (Inés de Aquitania, Constanza de Borgoña, Berta de Saboya, Isabel
¿de Francia? y Beatriz ¿de Poitiers? —¿o fueron solo cuatro, como indican algunos viejos
cronicones?—) y dos concubinas nobilissimas
(Jimena Muñoz y la mora Zaida, que puede que fuera la Isabel mencionada, una
vez se cristianizó), según el Chronicon
regum legionensium del obispo Pelayo de Oviedo.
¿A cuál
de todos estos variados Alfonsos que acaecieron hace más de 900 años le has
erigido un monumento funerario, amigo Amancio? ¿A qué
Alfonso VI has querido homenajear? ¿En
cuál de sus múltiples imágenes legadas a la posteridad te apoyaste, porque
todos muy bien sabemos que fotografías no nos dejó y retratos ciertos
tampoco?
Fachada
del Monasterio de las Monjas Benedictinas de Sahagún, donde yacen los restos de Alfonso VI con el monumento funerario o panteón real
inaugurado hace unos días y esculpido por Amancio González Andrés.
O si
quieres te cuento la historia, parece que bastante bien documentada, de los restos
mortales del rey Alfonso VI que desde hace unos días ya reposan en el nuevo panteón
real: Cuando muere en Toledo en 1109, su cadáver es trasladado al Monasterio de
San Benito de Sahagún y depositado en un sepulcro de piedra, que fue colocado a
los pies de la iglesia del monasterio para cumplir la voluntad del monarca. Más
de cien años después, durante el reinado de Sancho IV, este ordenó trasladar el
sepulcro al interior del templo y colocarlo en el crucero de la iglesia, un
lugar más noble para acoger la sepultura del rey.
El
sepulcro que acogía los restos del rey Alfonso VI, que se sustentaba sobre
leones de alabastro, estaba constituido por un arca de mármol blanco con una tapa
de pizarra negra y cubierto por un tapiz de seda en el que aparecía el rey
coronado y armado, ubicándose en los lados la representación de las armas de
Castilla y de León y en la parte de la cabecera del sepulcro un crucifijo.
El
sepulcro que contenía los restos de Alfonso VI fue destruido en 1810 como
consecuencia del incendio que sufrió el monasterio de San Benito. Los restos mortales
del rey y los de varias de sus esposas fueron recogidos y conservados en la
cámara abacial hasta el año 1821, en que fueron expulsados los religiosos del
monasterio, siendo entonces depositados por el abad Ramón Alegrías en una caja,
que fue colocada en el muro meridional de la capilla del Crucifijo. En enero de
1835, los restos del monarca fueron recogidos de nuevo, introducidos en otra
caja y llevados al archivo, donde ya se hallaban en esos momentos los despojos
de las esposas del soberano.
Pero en
ese año de 1835, cuando se produce la desamortización del monasterio de San
Benito, las dos cajas que contenían los restos del rey y de sus esposas son
acogidas por un parroquiano que era pariente de un religioso. ¡Así se escribe
la historia!
Ambas cajas
fueron halladas en 1902 por el catedrático del Instituto de Zamora Rodrigo
Fernández Núñez y permanecían situadas hasta hace unos días en un arca de
piedra lisa con cubierta de mármol en el Monasterio de las Monjas Benedictinas.
Así se ha escrito la historia, nuestra historia, como bien manifiestan los eruditos trabajos de Ricardo del Arco y Garay (1954), de Juan C. Elorza, Lourdes Vaquero, Belén Castillo y Marta Negro (1990), de Serafín Moralejo (1992), de Manuel Carriedo Tejedo (2006), de Raquel Alonso Álvarez (2007), o las investigaciones más recientes de José Luis Senra o de Julio Manuel Vidal, María Luz González y María Encina Prada.
Vídeos
hechos públicos por Amancio González Andrés desde su taller del monumento
funerario erigido a Alfonso VI y a sus esposas.
Y qué
decirte de los tres guiños que confiesas que
has integrado en el monumento funerario al rey Alfonso VI y a sus esposas.
Nadie te habrá objetado nada al primero de ellos que mencionas (bases de los
sepulcros en piedra de Boñar, rematadas por sendas cabezas de león, símbolo que
ya en tiempos de Alfonso VI lucía en la fachada de San Isidoro de León y del
que, según cuentan las crónicas, el monarca hacía uso en sus labores de
gobierno).
Ya
veremos qué se te dice de los dos ángeles románicos que custodian cada uno de
los sepulcros y que confiesas haber copiado de la tapa del sarcófago de piedra
de Alfonso Ansúrez, realizados en Sahagún y hoy en el Museo Arqueológico
Nacional.
Pero
veremos a ver qué pasa con el guiño que confiesas haber puesto en los pies del
monarca: «Vestimos sus pies con babuchas, calzado común de los árabes con quienes
convivió y compartió amistades y enfrentamientos». ¿Vestir al monarca cristiano
con calzado árabe? ¿Y señalas que compartió amistad con los moros? ¡Ay, amigo Amancio, en qué
berenjenales te me metes, por qué andurriales te me andas! Mira que lo tuyo es
el arte, que eso es lo que sabes hacer tan bien, arte sublime, y debes dejar
esas historias para los otros.
Como ya
hemos escrito en las redes sociales al hilo de la polémica surgida acerca de la
corona del rey Alfonso VI: «¡Ay, cuando se entrecruzan los sentimientos y las
razones!». Para luego añadir: «Y entonces las sinrazones pretenden imperar».
Amancio amigo,
sigue con tu arte para disfrute de los pobres mortales, y como hemos promovido
y defendido en Sinfonía de Praga y
promovemos en toda nuestra creación artística, arte con voluntad ética y
estética conjuntadas: Expresión estética de la ética humana (Nulla aesthetica sine ethica).
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