16/1/18

Un mundo hecho de palabras (Significados e interrelaciones, o un sistema "où tout se tient")


Son muchas las palabras y expresiones que cobran un peculiar significado y alcance en "Sinfonía de Praga" —y que a veces se reiteran, una y otra vez, y una vez más—, que un buen lector podrá buscar, examinar e intentar desentrañar.

A título de ejemplo, te animo a hacer la búsqueda y el seguimiento de algunas de ellas: principio y fin; fuese, y no hubo nada; la de los ojos azules de cuento de hadas; trenes que van hacia el este; ruido y furia; espaguetis —aunque bien pudiera ser un estruendo de platos y de copas hechos añicos, al que tendrás que seguir la pista en La noche que empezó viernes y acabó sábado—; el romance, que fue tan sublime; mesa de trucos; ni es cielo ni es azul; guardagujas; gitanilla; dos rosas blancas; al remo condenado; colapsor de forsterita; paraíso cerrado; puesto ya el pie en el estribo; un beso breve y casto en la mejilla; ¿acaso...?; atracción por los trenes; Referat N; o quien busca, encuentra.



Y ya puestos a ello, si voluntad tienes, te invito a continuar:

ü Anna zítra restaurace Čáslav —Anna, muchas Annas, acaso demasiadas Annas, que confunden y se confunden en esta historia.

ü O cómo hoy he pecado o pecar se transmuta y se transforma —sin remordimiento alguno— en hacerlo, en un gozoso, gratificante, sabrosísimo y celebratorio hacerlo.

ü O paraguas rojo —aunque puede aparecer encubierto en otras expresiones, bien temperadas, como a woman with a red umbrella, the woman with a red umbrella o hasta the woman with the red umbrela.

ü O carmen praguense de jardines abiertos de Na Ořechovce.

ü O Ay, Auschwitz, Auschwitz —sin dejar de lado el Jardín cerrado de Emilio Prados, que iluminó la visita a Auschwitz: el rincón de la sangre, donde, tan chico, crece el almoraduj y... ¡cómo huele!

ü O de la novela el decálogo, que mucho te permitirá aprender, si bien lo analizas.

ü O la poética de la novela —o su transgresión, aunque apoyándose en el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo del gran Lope en algunos casos.

ü Y también podrás buscar a John Cage, y muy especialmente su 4’33’’, que mucho ha dado de sí en esta obra.

ü O cuándo y cómo llega Lieserl a la lengua española; que a ella llega, te lo aseguro, que Lieserl es mucha Lieserl, que es capaz de eso y de mucho más.

ü O por qué hay un sí es no es entre Praga, Dublín y Moscú en la primera entrada del Diario de Lieserl (16 de junio de 1930) que habrás de descubrir.

ü O en esa misma entrada que abre el Diario tanto se trasciende —con alguna ironía incluida— que se llega hasta el rubicundo Apolo de Don Quijote de la Mancha.

ü ¿Quiénes son, por cierto, los dos poetas que aparecen mencionados en la dedicatoria de la novela y que acaso ayuden a entender por qué escribe tanto quien tanto escribe: «Yo sé que te he querido mucho, / pero no recuerdo quién eres»? ¿Y cuál es el origen de esos dos versos?

ü Aunque acaso haya que buscar también un vacío que se agranda en el corazón del narrador cuando recibe el último sms de Meme: Y recordé, una vez más, aquellos tiempos que prometían ser, ¡ay!, tan felices, y el romance, tan sublime, que había llegado, parece que definitivamente ya, a su fin; ¿o acaso...? Aunque tenía entre manos una novela, una obra de arte que concluir: ese sería mi mejor homenaje y recuerdo de ella, ese sería mi mejor tributo para hacer que lo que hubiera existido permaneciera indeleble y continuara eternamente en el tiempo.

ü Y puestos a buscar, acaso encuentres americio (Am) donde no debiera haberlo, o puede que fuera annio (An) o más bien prahio (Prh o Ph) o pragio (Prg o Pg).

ü O establecer contrastes y míticas resonancias literarias entre la familia feliz —todas las familias felices se parecen— y la familia desdichada —que lo son cada una a su manera.

ü ¿Y qué del exergo paratextual que se sitúa al inicio de la novela y que vuelve a aparecer al cierre de la misma?

ü Alguna reflexión interesante sobre la teoría de la novela encontrarás en el Diario de Lieserl (Agosto de 1930), que abre un ciclo interminable, un bucle, una caja de pandora, o puede que una novela proteica y miscelánea.

ü ¿Por qué la ninfa polaca, bella actriz, sirena varsoviana que aparece en nuestra historia —precioso cuerpo y boca y ojos y labios, preciosas sus tetitas, como dos naranjitas, precioso su culito, como un quesito, preciosa toda, como para comerla; aunque con demasiado alcohol en el cuerpo de ella y me temo que también en el mío—, va, como todas las sirenas varsovianas, esbeltamente armada, espada en alto?

ü Aunque si quieres sexo —naturalmente animal, animalmente natural—, puedes leer cómo practican sexo los leones, los perros o las ballenas, que tendrás mucho que mirar, mucha cópula placentera y gozosa que admirar. Aunque más que de la práctica del sexo —no te equivoques, que hay que distinguir entre telling y showing—, podrás aprender acerca de la esforzada lucha de cada macho por garantizar su perpetuación y transmitir sus propios genes a la posteridad. ¿Lo hacemos así los seres humanos? ¿Acaso...?

ü O si más sexo quieres, a lo mejor puedes buscar cuál sea la relación entre el Paraíso cerrado para muchos, jardines abiertos para pocos de Pedro Soto de Rojas y el Arte nuevo de hacer comedias en este tiempo del gran Lope de Vega —Quaerendo invenietis: quien busca, encuentra; a quien llama, se le abre.

ü Aunque también podrías buscar las dos peregrinaciones que hace nuestro narrador por el Museo Judío de Praga —una el 11 de julio de 2012, otra algo más de un año antes— y analizar cómo da cuenta y razón con parecidas palabras de una y otra.

ü ¿Cuál es la lógica, la razón —o la sinrazón— para que Lieserl quiera llamarse Sara, que la llamen Sara: Me llamo Sara, quiero llamarme Sara, quiero que me llamen Sara, sin más, a secas, ya que no puedo llamarme Israel?

ü ¿Entregó Lieserl su Diario a Max Brod?

ü Hay constancia de tres robos en el apartamento 1 del número 23 de la calle Spinoza de Tel Aviv, donde se guarda una buena parte de la herencia Brod. ¿Tiene, acaso, ello algo que ver con Meme? ¿O con nuestro narrador, que parece que por aquellos parajes merodeaba cuando alguno de esos robos se produjo?

ü La Carta al padre de Lieserl emula, sin duda alguna, y parafrasea la Carta al padre de Kafka. Aunque con sentimientos opuestos —yo afirmo que no te tengo miedo, escribe ella, por contraste a lo que había escrito Kafka—, ambas cartas parecen acoger propósitos similares —hacer a ambos y a sus respectivos padres más llevadero el vivir y el morir—, propósito que se expresa en el cierre de la Carta de Kafka y que aparece al inicio de la Carta de Lieserl. Y si quieres ir más lejos en el análisis entre las dos Cartas puedes intentarlo. Te invito, por ejemplo, a que analices la referencia que se hace al mapamundi en ambas y la diferente postura que toma al respecto cada uno de los dos autores.

ü O que analices y busques la lógica —que alguna ha de haber: Meme nunca da puntada sin hilo o a destiempo, nunca pierde ocasión de comunicar algo sin decir nada— para que Meme una noche de gloria pida a nuestro narrador que tras el recopilatorio de abba, ponga en la cadena de música de su casa un disco de piezas de piano de Erik Satie y que deje preparada la Sinfonía n.º 4 de Chaikovski y el Concierto para piano n.º 2 de Rachmaninov, así como Preludio a la siesta de un fauno, de Claude Debussy.

ü Juego de premoniciones. En la primera entrada del Diario de Lieserl (16 de junio de 1930) se inicia un juego de premoniciones y se anuncian destinos trágicos, con una expresa referencia a la frase que abre la novela Anna Karénina de Tolstói y al desgraciado accidente que sucede en la estación de tren cuando la protagonista de la novela llega a Moscú.

Ese juego premonitorio continúa en la anotación del 14 de julio de 1943, que recoge el sueño que ha tenido Otto Schödinger y en el que se le pronostica su propia muerte en Dresde en una fecha determinada, un año y siete meses después —con reminiscencias varias de lo sucedido al mítico Alejandro Magno.

Y el juego de premoniciones concluye finalmente en las últimas líneas de la última anotación del Diario de Lieserl en 1945: Atracción por los trenes, atracción por las ruedas de los trenes, que giran y giran sin parar en una sinfonía sin fin, malos presagios que el bueno de Otto captó enseguida cuando el tren se detuvo en Hlavní nádraží de Praga hace ya quince años, presagios que acaso le fueran dirigidos más a él que a mí —pues en Dresde él encontró lo que no buscaba cuando buscaba a su hermana melliza Ruth—: Cierre del círculo, historia que habrá tenido un principio bien conocido o ignoto, que ya casi no se puede vislumbrar, pero que desde luego tiene un fin, abrupto, que ya ha llegado.

Última anotación del Diario de Lieserl que coincide, fatalmente, con el final de la propia novela, setenta páginas después: ...de manera que, lograda su finalidad y plenamente realizada, encuentre su final, principio y fin —intentio operis— finalmente conjuntados, que ya ha llegado.

ü Y te ruego que no pienses en un elefante blanco —y menos aún en un cisne negro—; solo piensa, piensa solo en Albert Einstein.

Aunque en algún punto habrá que detener este círculo infinito, este bucle, esta caja de pandora —o puede que novela proteica y miscelánea—; en algún momento habrá que detener esta mesa de trucos, porque si no entraríamos en una mise en abîme que podría engullirnos a todos —lectores incluidos—, ya que recrearíamos toda la obra a escala 1:1 —siguiendo a «Museo. Del rigor en la Ciencia» de El hacedor de Borges—, para volver a recrear la obra toda, para nuevamente recrearla... (y así ad infinitum), si es que no nos veíamos abocados a llegar a la escala 10:1, que podría ser sumamente interesante y deleitoso.

Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga


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