31/7/21

Silencio

 

Lector impenitente de El País que es uno –por algo se le considera socio fundador honorífico de ese periódico–, se encuentra hoy en la última página con el ínclito Fernando Savater: “No iré” (https://elpais.com/opinion/2021-07-31/no-ire.html).

Dice FS, y dice bien, que él no subirá al espacio exterior como han comenzado a hacer algunos ricos para simplemente hacer turismo espacial y ver la tierra desde las alturas.

Pero Julio Llamazares: “El arte de la contemplación” (https://elpais.com/opinion/2021-07-31/el-arte-de-la-contemplacion.html) nos anima a contemplar nuestro entorno y más aún si este es desconocido. Y nos anima a hacer lo que hizo Petrarca, que subió al Mont Ventoux para contemplar el paisaje que desde allá arriba se podía admirar. En su propia confesión, según afirma JLl, Petrarca subió a la montaña “porque estaba ahí”.

“La contemplación es un arte que requiere, aparte de la disposición, una sabiduría que no se adquiere de un día para otro y que necesita tiempo, ese tiempo que tanto desperdiciamos durante el año yendo de un sitio a otro y que ahora se abre ante nosotros como una página en blanco llena de luz y de sol. Llenarla con nuestros pensamientos es el mejor regalo que podemos hacernos a nosotros mismos y al mundo al que pertenecemos. Aunque algunos crean que perdemos el tiempo”, concluye Llamazares.

Seguimos leyendo el periódico y nos encontramos con los Diarios de nuestro admirado Stefan Zweig: “Más cercano que nunca” (https://elpais.com/babelia/2021-07-30/stefan-zweig-mas-cercano-que-nunca.html). ¡Pura delicia!

Y hasta nos entretenemos con la sabiduría de Manuel Vicent: “En Sicilia, lengua larga, vida corta” (https://elpais.com/cultura/2021-07-31/en-sicilia-lengua-larga-vida-corta.html), que nos invita a valorar el silencio: “Alguien le había recordado que en Sicilia el silencio es un medio de comunicación social”.

Y para concluir, qué mejor forma de hacerlo que con la viñeta de El Roto (https://elpais.com/opinion/2021-07-31/el-roto.html).




Y en ese momento uno recuerda lo que escrito está en la página 323 de esa novela que tú y yo sabemos:

«…entonces no suena –arte del silencio, si es que no es silencio del arte–, porque no deja sonar 4’33’’, su pieza insonora, John Cage. En este mundo desatado y confuso –tiempos de banalidad del bienestar, tiempos de mediocridad plomiza y hasta de vacua trivialidad–, qué difícil se hace mantener el tipo ante una obra como esta, presentada por Cage en 1952».

 


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