Presentación de Sinfonía de Praga
en el Centro Sefarad-Israel de Madrid
la tarde del 12 de febrero
«Así es;
así será, si así les parece, que esta historia está dando ya mucho de sí, y más
que habrá, que la vida es corta, el tiempo apremia y cuando tengamos puesto ya
el pie en el estribo y con las ansias de la muerte, como Él escribió, yo solo
quiero, aunque de manera anónima —si es que no apócrifa—, dejar fama y fortuna
de lo que ha sido, de poco más que una quincena de años en una Europa convulsa,
que se desangra y una y otra vez repite sus errores del pasado, una historia
que camina, o cabalga más bien, a caballo entre dos mujeres en aquella Praga
que es esta, donde Lieserl y Meme parecen convivir tan a su gusto, mientras yo
asumo, anónimo, un papel subordinado, que es, sin embargo, el del dios
todopoderoso y eterno —fama y fortuna— que a trancas y barrancas va haciendo
avanzar su creación y su obra» (Sinfonía
de Praga: Págs. 371-372).
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