Mi corazón agradecido
a todos los que habéis compartido conmigo este día, con unos versos:
Somos lo
que somos,
lo sabes
bien,
somos lo
que fuimos,
lo que
unos y otros nos ayudaron a ser
—nature
más que nurture—
hasta
hacernos así.
El resto
de vida que en mí está
está
contigo
—vivir
conjuntamente—.
El resto
de vida que en mí no está…
A pesar de estos tiempos tan extraños que
nos toca vivir, hemos disfrutado plenamente del día, y disfrutaremos de todos
los días que vendrán, que tienen que venir:
Hay un tiempo para sembrar
y un tiempo para cosechar;
hay un tiempo para nacer
y un tiempo para amar;
hay un tiempo para edificar
y un tiempo para morir.
Habitado por
mil pensamientos en este día otoñal y hermoso, tiempo de «colores mil e infinitas
tonalidades amarillas, doradas, ocres o marrones y múltiples olores —¡intensos
olores de otoño…!—», como escrito está en la Pág. 149 de esa novela que tú
y yo sabemos.
Tiempo de castañas; tiempo soleado y autumnal que se
adentra en nosotros, nos embriaga y nos hace sentir como una parte más de la
naturaleza toda, según escribió Lieserl Einstein en su Diario en octubre de
1930, en una tarde de amor y sexo, «embriagada de amor, o de otoño
—sensaciones a flor de piel—, dispuesta a lo que quisiera, a entregarme toda a
él si esa era su voluntad, ninfa y fauno que retozan amorosamente después de la
siesta».
Habitado por tantos
pensamientos —y recuerdos, y sensaciones, y proyectos—. Aquí estamos; aquí queremos estar, si tenemos ocasión y
tiempo en este día madrileño, otoñal y hermoso; tiempo de colores mil e
infinitas tonalidades; tiempo de múltiples olores; tiempo soleado y autumnal
que se adentra en nosotros, nos embriaga y nos hace sentir como una parte más de
la naturaleza toda.
Que no, que no estamos encerrados con
un solo juguete, aunque así lo parezca a veces, que un nuevo proyecto artístico
ocupa nuestros días y noches —monumentum
aere perennius—:
Retirado
en la paz del monte Abantos,
en esta
mi sierra escurialense,
con
pocos pero doctos libros juntos,
vivo en
conversación con el pasado
y escucho con mis ojos muchos muertos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario