5/3/23

Hoy, 5 de marzo de 2023...

 

 

        ...después de más de cinco años entregado al mismo juguete –mañanas y tardes, días y noches y hasta fiestas de guardar–, por fin está acabada y conclusa Papeles de Benjamin.

        Aunque, la verdad sea dicha, uno siempre está escribiendo el mismo libro, y, mientras este no llegue a manos de los lectores, siempre estará intentando que sea más y mejor la obra literaria a la que uno se entrega en cuerpo y alma.



        A partir de este momento, ya solo queda que la editorial haga la parte que le toca, que es mucha –un libro logra ser lo que es en función de lo que el editor hace de él, ha reiterado en diversas ocasiones Andrés Trapiello; y él sí que sabe mucho de esto–.

        Y no olvidamos lo que quedó explicitado en Sinfonía de Praga, y que, con palabras casi idénticas, aparece recogido en Papeles de Benjamin:

«Toda historia tiene un principio y tiene, muy especialmente un fin. Un principio en el que arranca y se origina, unos principios en los que se funda y fundamenta. Un final que la cierra, aunque muy provisionalmente, hasta que la abre el lector –que es quien realmente cierra el ciclo–, y una finalidad, aunque no tanto desde el punto de vista de la moral o del compromiso, de la ética o de la responsabilidad personal –que también–, cuanto como obra artística, como obra de arte total y única, que a eso es a lo que aspira esta historia o novela.

Y entre principio y fin –entre principio y final, entre principios y finalidad– está lo que el autor, dios todopoderoso y eterno a través de su creación, ha considerado que ha de estar –acto de reflexión–, ha querido que esté –acto de voluntad–, ha decidido que tiene que estar –acto de resolución–».

       



       Las 73.565 palabras que componen PdB acogen, junto al manuscrito de Benjamin, 310 notas y unos cuantos comentarios, que complementan la novela de los papeles de Benjamin, así como una cuarentena de imágenes, que hacen más vívido el relato y lo autentifican a los ojos del lector.

        Y en la novela está integrada también el Ars Poetica por el que ha sido creada. De esta manera la obra, ya suficiente, aparece complementada con aquellos elementos que, siendo ella y de ella, ayudan a explicarla, a mejor o de otro modo entenderla.

        A partir de ahí, me comprenderéis fácilmente si os digo, con palabras extraídas del manuscrito de Benjamin:

«Acaso, de ese modo, se podría lograr una obra de arte total y única, que quedaría así convertida en obra de culto, y su creador estaría por ello finalmente autorizado a desaparecer, escritas ya todas las palabras –¡realización completa!–»[i].

 



[i] Los buenos lectores identificarán en estas palabras de Benjamin ideas que bien saben y conocen, que podrán asociar, sin mucho esfuerzo, con Sinfonía de Praga (www.sinfoniadepraga.es).

 

 

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