Mientras me acompaña, de fondo, “Everybody’s Got
Something to Hide Except Me and My Monkey” de The
White Album, me entretengo con alguno de los libros que me han traído a
casa los Reyes: Hay que dejar descansar a Bach o a Mahler por un rato, «que no
siempre se está en los templos; no siempre se ocupan los oratorios; no siempre
se asiste a los negocios, por calificados que sean. Horas hay de recreación,
donde el afligido espíritu descanse» (prólogo al lector de las “Novelas ejemplares”).
Recrearse con Duchamp (Conversaciones
con Marcel Duchamp, de Pierre Cabanne): El artista crea su obra de
arte, pero necesita al receptor para que dé sentido y complete esa obra, de
manera que uno y otro son necesarios en el proceso de creación de la obra de
arte.
Y ahora es “Julia” quien se entremezcla con “Animula
vagula, blandula, / Hospes comesque corporis”, releyendo Mémoires d’Hadrien para la próxima
sesión de la tertulia literaria en la que participamos, con la cita de
Flaublert que rememora Marguerite Yourcenar: «Les dieux n'étant plus, et le
Christ n'étant pas encore, il y a eu, de Cicéron à Marc-Aurèle, un moment
unique où l'homme seul a été».
¿Se puede compartir “While My Guitar Gently Weeps” con Nueva historia
de la España contemporánea (1808-2018)? Pues lo intentamos,
y, a veces, hasta lo conseguimos.
Sin olvidar al bueno de Walter Benjamin (Obra
de los pasajes), que nos tiene muy ocupados últimamente, mientras,
de fondo, reiterativamente, suena “Revolution 9”.
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