15/11/19

¿Un cisne negro?


      

Como no estamos encerrados con un solo juguete, después de acudir al colegio “Nuestra Señora Santa María”, hoy nos hemos acercado con nuestros amigos franceses —Marisol Bello tiene la culpa— al Auditorio Nacional de Música.

Allí nos ha acogido la Orquesta y Coro Juvenil Europeo de Madrid (OJEM), bajo la dirección de Adriana Tanus, con tres composiciones corales de Toivo Kuula y la música del gran Jean Sibelius: El cisne de Tuonela, Op. 22, bello canto fúnebre inspirado en el “Kalevala”, y la prodigiosa Finlandia, Op. 26. Y para concluir la velada musical, la Misa de réquiem en re menor, KV. 626, de Mozart, acaso su obra más trascendental y compuesta durante los últimos días de su vida.







Literatura y música, música y literatura; una y otra vez, una vez más.

Aunque, mientras la música, con sus claras ondas discurriendo —como bien describe la Canción III de Garcilaso y se recoge en esa novela que tú y yo sabemos (Pág. 177)—, nuestra cabeza estaba reflexionando sobre alguna frase que nos ha venido a la mente desde de Las armas y las letras. Literatura y guerra civil (1936-1939), de Andrés Trapiello: Todas las guerras se pierden, incluso las que se ganan.

Y hasta nos acercamos hasta el Hispanic Testament de Arthur Koestler: “Otras guerras consisten en una sucesión de batallas; esta es una sucesión de tragedias”.

Música y literatura, literatura y música; una y otra vez, una vez más.




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