11/11/19

Si una furtiva lágrima




Después de haber acudido a las urnas para apoyar con mi voto a los buenos, mientras concluían las votaciones, nos hemos acercado hasta el Teatro Real a deleitarnos con la ópera de Gaetano Donizetti L’elisir d’amore.




Mientras los hunos y los hotros se estaban comenzando ya a pelear por el escrutinio de cada mesa, de cada circunscripción electoral, nosotros estábamos arrobados escuchando:


Una furtiva lagrima
negli occhi suoi spuntò,
quelle festose giovani
invidiar sembrò.
Che più cercando io vo?
Che più cercando io vo?


M'ama, sì, m'ama, lo vedo, lo vedo!


Un solo istante i palpiti
del suo bel cor sentir!
I miei sospir confondere
per poco ai suoi sospir!
I palpiti, i palpiti sentir,
confondere i miei coi suoi sospir!

Cielo, si può morir...!
Di più non chiedo, non chiedo.
Ah! Cielo, si può, si può morir...!
Di più non chiedo, non chiedo.
Si può morir...
Si può morir d'amor!


Y si queréis acompañarnos en el gozo, podéis hacerlo (en versión de Luciano Pavarotti):





En esas estábamos, sorprendidos con la opera buffa, disfrutando de esa galería de personajes arquetipo de la commedia dell’arte, entretenidos con Nemorino y Adina y gozando de esa furtiva lágrima que a sus ojos asomó.

Y sorprendidos de que desde la megafonía se nos hubiera indicado que uno de los tenores había sido sustituido, afectado por una afección gripal, o que la soprano lírica Adriana González iba a ser sustituida por una persona que actuaría en escena y otra que cantaría sus parlamentos desde el foso. ¡A esto hemos llegado!

          Y sí, ¡me ama, me ama!; lo veo… Se puede morir, se puede morir, morir de amor…

O morir porque los ciudadanos no te dan el apoyo que buscabas. Y si no, que se lo pregunten a los hunos y a los hotros, que esta noche alguno ha muerto, y no de amor precisamente.


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