Porque miro,
remiro y vuelvo a mirar y no veo ningún autor que escriba en castellano entre
los 100 libros que David Bowie leía y releía y de los que se hacía acompañar de
manera permanente, según se cuenta en Babelia el 23 de noviembre.
Sí; será eso, que
me estaré quedando ciego y ya no leo bien. ¿O puede que sea que ya es noche cerrada en
Madrid y no se ve bien? ¿O acaso que sigue siendo
noche cerrada en el erial de la lengua castellana?
Y a partir de ahí
me surgen algunas preguntas:
¿Quién es ese
David Bowie para que a sus lecturas dedique Babelia la portada y las dos
siguientes páginas completas del suplemento cultural de El País?
¿A dónde vamos, a
dónde va Babelia si se dedica a esto y es esto lo que nos vende?
¿Cómo lograr que
este estado de cosas sea de otro modo hacia el futuro, de manera que el David
Robert Jones (David Bowie) que esté naciendo ahora en Brixton, Inglaterra, elija
algún libro entre cien en nuestra lengua castellana?
¿Qué puñetas
haces tú, que te presumes de escritor y de creador de obras de arte, perdiendo
el tiempo de esta manera y no dedicándote a crear la obra literaria que los
David Bowie del futuro ansíen leer?
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