23/11/19

Me lo pido, me lo pido...




…que necesito acompañamiento musical en el proyecto literario que ahora estamos llevando a cabo; y la nueva edición completa de Beethoven (Deutsche Gramophon y Decca), 118 CD, que acaba de aparecer en el mercado, es una solución perfecta.

Como los buenos lectores saben muy bien en la gestación de Sinfonía de Praga fueron las integrales de Bach y Mozart, acompañados de otros muchos —el gran Mahler y Satie y Chaikovski y Rachmaninov y Debussy y Stravinski y Schönberg y Wagner y Cage y Messiaen y Reich y Adams y Pärt y Sibelius y Ligeti y tantos otros como Dylan o Knopfler o Moustaki o Pontes o Madredeus o ABBA— quienes nos acompañaron e hicieron crecer la obra de arte.

En esta ocasión, sin abandonar a nadie, bueno será que nos dejemos acompañar durante horas y horas y horas por los 118 CD de la integral de Beethoven que acaban de sacar Deutsche Gramophon y Decca.

¿No os perece que en esta ocasión el todo Beethoven podrá venir a nuestro encuentro y hacernos más llevaderos los días y las noches?



  


Y son más las músicas y autores que se escuchan y se hacen oír en esa novela que tú y yo sabemos, que también acudió Händel a nuestro encuentro o La Monte Young y hasta el canto gregoriano del coro de monjes del monasterio de Santo Domingo de Silos quiso acompañarnos: Canciones monódicas de largos melismas que parecen volar, planear por sobre los hombres, por sobre la tierra toda, desde las alturas, como un pájaro; desde Solesmes hasta St. Gallen, desde Ripoll a Silos, neumas «in campo aperto» y composiciones a admirar como Alleluia beatus vir qui suffert, Media vita in morte sumus, Laetatus sum, Super flumina Babylonis, o tantas otras.


E incluso hay otras músicas que conforman el relato, a las que se acude, en las que se participa o que se mencionan, y que merecen también su lugar en esa novela que tú y yo sabemos: Turina, Mendelssohn, Brahms, Bizet, Smetana, Dvořák, Tárrega, Villa–Lobos, Boccherini, Bártok, Charpentier, Biber, Boëllmann, Suk, Schubert, Webern, Liszt, Bruckner, Ives, Ravel, V, Eno, Nejtek, Kofroň, Lang, Kalabis, Eben o Janáček.


De algún modo, pues, habrá que hacerse perdonar que en Sinfonía de Praga se mencione a Bach hasta trece veces o más de cuarenta acudamos a Mahler y solo haya habido seis ocasiones para mencionar a Beethoven.


         Así que se lo pediré a los Reyes Magos, a Papá Noel, a Santa Claus, al Olentzero o al buen benefactor que mejor proceda, que queremos que Ludwig van Beethoven esté con nosotros, iluminando nuestra creación literaria y la obra artística que estamos promoviendo.
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