A lo largo de la
novela, los diversos documentos que se integran en Sinfonía de Praga y que van estructurando el relato tienen la
peculiaridad de formar el arco iris, aportando cada uno de ellos uno de los
colores del mismo: Doc. n.º 1: Azul; Doc. n.º 2: Rojo (y negro); Doc. n.º 3:
Verde; Doc. n.º 4: Naranja; Doc. n.º 5: Amarillo; Doc.
n.º 6: Índigo o añil, y Doc.
n.º 7: Violeta.
Evidentemente la
acumulación de todo ello, de todos esos siete colores, dará el color blanco, un
color invisiblemente visible, que simboliza también el luto de los dioses:
siete colores, siete informaciones para obtener un arco iris hermoso, bien
coloreado; siete colores que si se integran en un cuerpo único no dan nada —¿o
lo dan todo?
Por otra parte el juego de colores que se va
presentando a través de los diversos documentos es complementado también por el
marco que acoge y en el que se integran la mayoría de los textos: Doc. 1: Línea
sencilla; Doc. 2: Doble línea; Doc. 3: Línea triple; Doc. 4: Doble línea, más
gruesa la línea exterior que la interior; Doc. 5: Doble línea, más gruesa la
línea interior que la exterior.
Manuscrito
de Otto Schödinger (Doncel y otros: El
anillo de Schödinger, Badajoz: 2007)
Se va formando así el
laberinto en el que se va enredando el lector y la propia historia del relato.
O, desde otra perspectiva complementaria, el hilo de Ariadna que va a permitir
salir del laberinto.
Del “Prospecto” de Sinfonía de Praga
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